Hace ya varias semanas atrás que
vimos en los periódicos, medios de comunicación y redes sociales el tema de los
resultados en el informe PISA, (Programa para la Evaluación Internacional de
Alumnos); quienes tienen por objetivos evaluar los conocimientos y habilidades
obtenidos por los alumnos de términos de la educación obligatoria. Los
estudiantes son seleccionados de forma aleatoria de escuelas públicas y
privadas. Las pruebas de PISA examinan el rendimiento del alumno, su motivación
por aprender, la concepción que los alumnos tienen de sí mismos y su estrategia
de aprendizaje. Estas pruebas son aplicadas cada 3 años, participando en ellas
todos los países miembros, así como algunos asociados. El área temática
centrada en el 2015, fue ciencias.
Una crítica que tiene las
evaluaciones de PISA es que sus exámenes son muy parecidos a exámenes de
inteligencia, donde se evalúa muy poco conocimiento, convirtiendo los ítems de
la evaluación de PISA deducibles y fáciles de responder sin ningún conocimiento
del currículo escolar, basando los resultados obtenidos en el coeficiente
intelectual (CI) del alumno en lugar de sus sistemas educativos. La desventaja
en basar los resultados de una evaluación de acuerdo al CI, es que aquí se
conjugan diversos factores que no tienen nada que ver con la escuela, como la
genética, el cuidado prenatal y la alimentación en la infancia.
Los resultados de República Dominicana
obtenidos en las pruebas de PISA fueron: en matemáticas 326, ciencias 332 y en
habilidad lectora 358, colocándonos muy por debajo de muchos países con
puntuaciones mucho más elevadas como Singapur con 556 en ciencias, 535 en la
habilidad lectora y en matemáticas 564, siendo el país con la puntuación más
alta.
No sé porque para muchos los resultados de
esta evaluación fueron motivo de sorpresa ya que la falta de preparación de la
mayoría de los maestros en República Dominicana es de conocimiento público. En
una de las publicaciones de un periódico local que leí decía “debemos exigir mayor inversión en la
formación de los profesores” a lo cual me pregunto: ¿para que vamos a
exigir eso sino tenemos fe en lo que nosotros mismos podemos hacer u ofrecer a
nuestra sociedad?, si mal no recuerdo hace unos meses atrás estaban debatiendo
traer profesores del extranjero para preparar a nuestros educadores, ¿qué pasa con
las becas otorgadas por la MESCYT, donde a muchos se les da la oportunidad de
hacerse de una carrera, grado u postgrado en el extranjero en las diferentes
áreas del saber?
El asunto aquí no es más
presupuesto, ya que el Ministerio de Educación cuenta con uno de los mayores
presupuestos del país; tampoco es la inversión en los profesores, puesto que
como dije anteriormente, el gobierno ofrece becas para una mejor preparación.
El problema radica en que queremos responsabilizar al gobierno y a las
instituciones relacionadas con la educación de la falta de preparación que como
“profesional del área” le corresponde a cada individuo de manera particular por
interés y elección personal. El problema es que no le aseguramos un puesto de
trabajo digno y a la altura (salarialmente hablando) que su preparación
obtenida, dentro o fuera del país, amerita. El problema es que hemos perdido la
visión de superación personal. Ahora muchos individuos que se dedican a la educación
solo les interesa mejorarse si el MINERD o la MESCYT les “regala” las becas,
maestrías y post grados que ellos desean obtener para mejorar su currículo
profesional; no para mejorar la educación dentro de su centro educativo.
Mientras no seamos consiente de
esta triste realidad que afecta a cada maestro de la República Dominica y despierte el interés en cada uno de ellos
de ser entes que aporten a la sociedad por sus propios méritos sin esperar que
“otros” les aporten primero, entonces creo que podremos ver un cambio real en
la educación dominicana, porque de nada vale traer profesores para capacitarlos
o designar más fondos sin no hay interés.