Hay una
frase, que cierta o no, es muy bonita: "en Japón los únicos ciudadanos que
no están obligados a inclinarse en reverencia frente al Emperador, son los
EDUCADORES. La razón es que los japoneses sostienen que sin EDUCADORES no
pueden haber EMPERADORES."
Ser
educador es una hermosa y laboriosa profesión, admirada y honrada por muchos.
Los maestros interactúan con sus alumnos en un ambiente armonioso, lleno de paz y sin interrupciones. Donde todo fluye de acuerdo a lo planificado, donde todos los niños prestan atención y se comportan. Todo esto suena muy perfecto, pero dista mucho de la realidad que vive el maestro dentro del salón de clase.
Lo
cierto es que, dentro del salón de clase; los temas no siempre se desarrollan
de acuerdo a lo planificado ni en el horario programado, siempre hay un giro,
ya sea a favor o en contra del mismo. Esto puede producirse porque las condiciones
del ambiente dentro del aula no son las adecuadas para desarrollar otro tema.
Puede que algunos de los niños no estén prestando atención, porque algunos estén
corriendo dentro del aula, jugando encima de la mesa o porque estén
usando los materiales de forma inadecuada. En fin, son muchas las situaciones
que se pueden presentar dentro del salón de clase, dificultando el proceso
enseñanza-aprendizaje, y es justo aquí donde los maestros suelen
entrar en caos; porque debe desarrollar el tema planificado, pero al
mismo tiempo debe poner orden dentro de su salón de clase.
Lo
primero es identificar al líder dentro del grupo, ya que siempre hay uno que
motiva hacer la “conducta” inapropiada, en este caso. El líder es quien
dirigirá a los demás, es quien cambiara de una acción a otra, haciendo que los
demás lo sigan. Inmediatamente el líder es identificado, nuestra atención se
centrará solo en él, porque cuando este se comporte de la manera adecuada, los
demás inmediatamente lo harán.
En
algunos casos la corrección será simplemente ignorar al niño, ya que aquí lo
que busca es ser visto, que vean lo que está haciendo, ser el centro de
atención. Por esto debemos hacer todo lo contrario a lo que ellos quieren, y
esto es ignorarlos. Al ser ignorados se darán cuenta que su accionar no es
llamativo y al no lograr su propósito, dejaran de hacerlo.
Estamos
de acuerdo en que hay acciones que no pueden ser ignoradas y por eso
dependiendo de la acción realizada por el niño se aplicara esta corrección.
Es tarea
del maestro conocer a cada uno de sus alumnos y partiendo de esto, sabrá cómo
manejarlo y recanalizar la acción negativa a una acción positiva, ya
sea que el niño juegue con su material favorito, llevándolo al área de juego
por unos minutos, colocándole su música favorita, leyéndole un cuento o
simplemente nombrar a ese alumno como su ayudante para la actividad que van a
realizar.
Como
dije anteriormente, es tarea del maestro conocer a sus alumnos y por esto el
maestro debe aprender a identificar cuando el alumno solo quiere llamar la
atención o simplemente lo está manipulando para obtener lo que quiere.
Educar siempre
será una hermosa labor, siempre y cuando se haga con entrega y amor.
Una realidad
ResponderBorrarUna realidad
ResponderBorrarSi Ana Cristina, la educación puede ser caoticamente hermosa ;D
BorrarSi Ana Cristina, la educación puede ser caoticamente hermosa ;D
BorrarTuve mi experiencia y no fue para nada facil!!, en lo que tu corriges a uno por una cosa,esta el otro por el otro lado en algo peor...Dios!!!😂😂😂😂😂😂
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarjejejejeje !!! Mariyanni, es bueno que los padres se involucren en este proceso para que valoren el esfuerzo y el trabajo de los maestros.
ResponderBorrar